jueves, 27 de marzo de 2014

9.- Encanto

Autor: Celestina
(Aims, Aimee, Celly)
Traducción: Mafe Jeevas
Revisión: Mapasito

Notas originales del autor:
Pareja: Jared/ Shannon (no es realmente Letocest, ya verán)
Clasificación: R
Disclaimer: Estos individuos no me pertenecen, ni quisiera que fuera así. Pertenecen a sí mismos, como una familia. Esto es para mi propio entretenimiento.

Notas del traductor:
Esta obra le pertenece a la escritora ya citada, a la cual, ya que no he pedido su autorización para traducirla, le doy los respectivos créditos y pido disculpas. El porqué de no tomarme el tiempo de pedírselo se debe a que esta historia fue publicada en un tiempo comprendido entre el 2006-2007, y el foro ya no está activo.

Este escrito es enteramente ficción y no tiene otro propósito más que el de entretener a las personas que disfrutan de ello. Los personajes implicados en la historia son sumamente respetados, y el objetivo de esto nunca ha sido ni será el ofenderlos de ninguna manera.


--o--


“Duele Shan.”
“Sólo relájate, se sentirá mejor, lo prometo.”
Su respiración titubeó cuando saqué la aguja.
“¿Qué es?”
“Sólo dime Dr. Feelgood” Sonreí cuando desenvolví el torniquete y vendé su brazo.
Solamente lo abandoné para recoger el material que utilicé y desecharlo, después, subí a la cama, gateando hasta recostarme a su lado.
“¿Cómo se siente?” Deslicé mi dedo sobre su vena, ahora marcada.
Mordió su labio en una sonrisa y asintió. “Creo que está funcionando…”
“Bien, ven acá.” Lo tomé en mis brazos. “Trata de dormir… estaré aquí.”
Se acurrucó más cerca y suspiró cuando besé su cabeza,  dejando que el día tomara cuenta de nosotros.
~*~
Desperté de súbito, envuelto en una capa de sudor frío, pasé mis manos por mi cabello.
¿Eso fue…?
Un movimiento a mi lado confirmó mis suposiciones, Jared reposaba sobre su estómago, la cabeza hundida debajo de la almohada y el resto de su cuerpo envuelto entre las sábanas, dormido como un tronco.
¿Nosotros lo…?
Sentí su cuerpo inconsciente, llevando mis manos a través de su espalda, la piel se volvió de gallina al contacto; fui más abajo, deteniéndome justo sobre la curva de su trasero, el edredón bloqueaba mi recorrido.
¿Está…?
Besé con ligereza su cuello, sonriendo cuando se removió, acercándose, pero sin quitar la cabeza de su posición. Lo distraje lamiendo su hombro, y deslicé mis manos debajo de la sábana.
Sep. Desnudo.
Mordí mi labio mientras contenía la respiración, no quería despertarlo.
“Jay…” Susurré.
No hubo respuesta.
Pero necesitaba saber.
“Jared, despierta…” Con gentileza pellizqué su trasero, sonriendo cuando jadeó y alejó mi mano de un golpe.
“¿Qué?” Su voz estaba amortiguada por la tela.
“¿Estás bien?”
Respiró. “Seh…”
“¿Seguro?”
“Escucha, será mejor que tengas una buena explicación del porqué me estás despertando.”
“¿Te lastimé?”
“¿Qué clase de pregunta es esa?”
“¿Qué clase de respuesta es esa?” respondí.
“Está bien, a que te refieres con ‘¿Te lastimé?’”
“Sólo responde la pregunta…”
“Volveré a dormir.” Encajó su cabeza en la almohada de nuevo.
“No, Jay, por favor sólo…” Le quité la almohada.
Suspiró y me miró a la cara. “No… no me lastimaste.”
“Bueno, ¿qué sucedió?”
“Shan, quiero dormir…” Trató de tomar la almohada, suspirando otra vez cuando la sostuve fuera de su alcance. “¿Cuándo?”
“Hace un rato”.
“¿En mi cuarto?”
“Sí, con Matt…”
“¿Y Tomo? Fue divertido, muy divertido. Pero,¿sabes cuál fue la mejor parte?”
“¿Cuál?”
Me besó de repente, sentí mis labios responder, devolviendo el beso, más profundo. Pero tan pronto como empezó, se detuvo, cubriendo su cabeza con la almohada.
“Que estuve contigo.”
Mi corazón dio un vuelco. “¿En serio?”
Asintió. “Sí… tu siempre estás ahí. El más fuerte, siempre cuidándome… me encanta.”
“Te amo.” Llevé mi boca a su hombro, dando ligeros mordiscos en la piel.
“Mmm. También te amo,”
Dirigí mi lengua a su mandíbula, escondiendo mi cabeza debajo de la almohada para unirse a la suya, continué con mis travesuras, posando suaves y húmedos besos sobre sus labios. “Dilo de nuevo”.
Removió la almohada y sonrió contra mi boca. “También te amo, Shannon.”
Halé su labio inferior con mis dientes antes de soltarlo y presionar mis labios con los suyos, el sostuvo mi cadera, acercándome, soltando pequeños sonidos cuando nuestros miembros hicieron contacto, gimiendo contra nuestras bocas.
“Se siente bien.” Balbuceé y recibí un gruñido en respuesta cuando embestí contra él.
“No pares… por favor.”
“No lo haré pequeño, no puedo… me encanta.” Recorrí sus labios con mi lengua y presioné aún más, tomando la oportunidad cuando jadeó para introducir mi lengua y probarlo.
~*~
La primera vez.
Otro día sin ir a la escuela. Otro día en el que tenía que hacerme cargo de mi hermano de ojos azules que me ponía en este apuro, quien gracias al cielo estaba en su habitación, durmiendo. Eso esperaba. De hecho debería ir y echarle un vistazo. Subí las escaleras, deteniéndome en la puerta abierta y observando que su cama estaba vacía.
“¿Jared?” Lo llamé.
“Aquí.”  Su voz salió de la puerta cerrada al final del pasillo. Mi habitación.
“Hey… ¿qué haces en mi cama, tonto?” Pregunté, entrando y sentándome cerca de él.
“Shan, no te enojes.”
“No estoy enojado, sólo me preguntaba…”
“Tu habitación es más fresca que la mía, no podía respirar allá.” Se incorporó, sentándose y haciendo una mueca de dolor por la sensación en su estómago.
“¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?”
“Besa mi pancita.”
“Jared… en serio.”
“Entonces bésame.”
“Jared, deja de jug…”
Me atrajo hacia él. Suave, húmedo, necesitado. Sus manos se envolvieron alrededor de mi cintura y sentí como fui colocado sobre él.
“Mierda… Jay. ¿Qué quieres que haga?”
“Sólo se el doctor.”
Nunca debió de haber sucedido… las caricias, los besos, los sonidos que hicimos. Nada de ello. Aún así, pasó. Ninguno de los dos sabía exactamente qué hacer, pero lo intentamos. ¡Hicimos un desastre de paso!
El se sonrojó. “Eso nunca había sucedido.”
Me encogí de hombros. “Así pasa… ya te acostumbrarás a ello. Nos limpiaré. Espera aquí.”
~*~
Se separó primero y me miró a los ojos, suplicando.
“Shan…”
Sabes lo que quiere.
Mordí mi labio, sopesando que debería preguntar a continuación. Esperando que él hubiese recordado…
“¿Como en el baño?”
Un parpadeo, uno, dos, tres; luego, una sonrisa maliciosa.
“Justo como en el baño, cuando Matt entró… sólo que ahora seré más tranquilo.”
“Estás segu…”
Me acalló colocando un dedo sobre mis labios.
“Deja de preguntar, no pienses, sólo hazlo.”
Asentí en conformidad, tomando su mano y sosteniéndola sobre su cabeza, lo volteé, recostándolo sobre su espalda, y me arrodillé entre sus piernas, sujetando su otra mano y colocándola junto a la primera.
“¿Rápido o lento?” Me incliné para besarlo.
Sus labios encontraron los míos. “¿Crees que puedes hacerlo lento?”
Alcé una ceja antes de sonreír. “Ya veremos… mantén las manos así.”
Hizo un mohín. “Shan…”
Lo besé de nuevo. “Shh, sólo por un rato…”
Lentamente lo liberé de mi agarre, sonriendo cuando me obedeció.
Ese es mi chico…
Deslicé mi mano sobre mi miembro, siseando por su sensibilidad antes de frotarlo firmemente, dirigí la mirada hacia él, lo vi lamer sus labios y mover su mano para hacerse cargo de su propia erección.
“Jay…” Le advertí, él hizo una mala cara y regresó la mano a su posición anterior.
“Sabes, esto no es justo.”
Sonreí de nuevo y esparcí el líquido inicial sobre la punta de mi erección, repartiendo el exceso alrededor de la base antes de colocarme contra su entrada.
“¿Qué cosa no es justa?” Empujé contra el músculo.
Jared gimió y se acercó. “Esto, Shan. Vamos, te necesito ahora mismo.”
Mis manos recorrieron sus costados, pasaron por sus brazos y se detuvieron en sus muñecas, donde las sostuve con firmeza mientras empujé dentro de él.
“Mierda… Jay… muy estrecho.”
Sus ojos estaban cerrados pero su boca trataba de formar palabras. Inhaló, conteniendo la respiración, después exhaló lentamente.
“Muévete… lento…”
Me concentré en la tarea que tenía entre manos, retrocediendo antes de arremeter de nuevo, en un intento por seguir sus instrucciones.
Sus manos se aferraron a mis muñecas, sus caderas moviéndose para encontrar las mías. Mordí mi labio, tratando de no perder el control, y fallando miserablemente. Jared se movió de nuevo, forzándome a golpear su próstata con fuerza. Se arqueó una vez más contra mí y su cabello cayó sobre su cara, liberé sus manos para despejar su rostro antes de presionar mi cabeza contra la suya, respirando sobre su rostro; nuestros cuerpos moviéndose al unísono en una carrera hacia la luz al final del túnel, la que te envía por encima del borde. Casi llegábamos allí, listos para saltar, pero Jared decidió hablar.
“Shan…” gruñó. “Shan… para.”

Mierda.


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