Autor: Celestina
(Aims, Aimee, Celly)
Traducción: Mafe Jeevas
Revisión: Mapasito
Notas originales del autor:
Pareja: Jared/ Shannon (no es realmente Letocest, ya verán)
Clasificación: R
Disclaimer: Estos individuos no me pertenecen, ni quisiera que fuera así. Pertenecen a sí mismos, como una familia. Esto es para mi propio entretenimiento.
Notas del traductor:
Esta obra le pertenece a la escritora ya citada, a la cual, ya que no he pedido su autorización para traducirla, le doy los respectivos créditos y pido disculpas. El porqué de no tomarme el tiempo de pedírselo se debe a que esta historia fue publicada en un tiempo comprendido entre el 2006-2007, y el foro ya no está activo.
Este escrito es enteramente ficción y no tiene otro propósito más que el de entretener a las personas que disfrutan de ello. Los personajes implicados en la historia son sumamente respetados, y el objetivo de esto nunca ha sido ni será el ofenderlos de ninguna manera.
--o--
El beso amortigua su gemido. Cálidas lágrimas caen en mi
rostro y noto que está llorando. Quiero ver si está bien pero él toma mi rostro
entre sus manos y me besa. Cuando tengo que respirar, remuevo su cabello y
lágrimas de su rostro. Tiene una sonrisa infantil cuando comienza a moverse
suavemente.
“Más profundo, Shan, más duro…”
Asiento y aprieto sus muslos aumentando la velocidad. El usa
mis hombros como palanca, flexionando sus manos, arrastrando sus uñas a través
de mi espalda, los sonidos ahogados por el agua que cae, pero no cierra sus
ojos.
Quiere verlo todo.
Me besa de nuevo, nuestras bocas batallan, el está decidido
a ganar, gira su lengua y muerde mi labio inferior, jalándolo con sus dientes…
No ganará, no lo dejaré. Ahora, ¿dónde está?
Ahogo una risa entre besos mientras ajusto mis caderas y
arremeto contra él.
Allí está, ha perdido.
Tira la cabeza hacia atrás. “No es justo, Shan, haz hecho
trampa”. Farfulla.
Niego con la cabeza. “ESTO”. Recalco mientras golpeo el
punto de nuevo.
Y de nuevo “NO ES”.
Y una vez más “TRAMPA”.
Rechino los dientes “Tú lo pediste, ¿recuerdas?”.
Chupo su cuello “Rogaste por ello”.
Ahora su pecho. “Querías que te jodiera”.
Encuentro su pezón, gruñendo mientras lo penetro de nuevo.
“Es lo que estoy haciendo, ¿no?”
Su boca trata de formar palabras, pero está balbuceando
incoherentemente mientras enreda sus dedos en mi cabello, sus piernas forman un
agarre férreo alrededor de mi cintura. Él asiente.
“No te oigo” gruño.
Tartamudea “S…si, Shan, por favor”. Muerdo su pezón, sus
labios están blancos debido a que trata de no gritar.
Me gusta cuando grita, él dice que grita más fuerte conmigo,
ya sea peleando o en ocasiones como estas, grita como ningún otro.
Suavizo las embestidas y tomo su miembro entre mis manos.
Lamo su oreja antes de ordenar.
“Cuando te vengas, y lo harás, quiero oírte, quiero que Matt
y Tomo te oigan, ¿entendido?”
Él embiste mi mano, nunca me deja, se aprieta dolorosamente
alrededor de mi miembro.
“Dime Shan. Dime que tan estrecho y cálido estoy por ti”.
Establece un ritmo.
Maldito polifacético.
Lo aprieto fuerte, se desliza fácilmente en mi mano y se
sacude, dice mi nombre.
Una y otra vez…
Tan cerca.
Su respiración se dificulta, inhala por la nariz y exhala
con la boca, como si tuviese un ataque de asma, lucha por recuperar el aliento.
Vamos bebé, ya casi…
“Muy apretado, Jay, tan estrecho y caliente” siseé.
“Sólo por ti Shan, sólo tú”. Embiste mi mano. “Nadie me hace
sentir así, no importa que tanto lo intenten, no son tú”.
“No pueden, sólo hay un yo, y estoy aquí… enterrado
profundamente en ti”. Serpenteo mi cadera al unísono con mi mano. “¿Sientes
eso?”.
Sus párpados se abren y cierran con rapidez mientras trata
de mantenerlos abiertos, su cabeza se reclina hacia atrás súbitamente, su pecho
sube y baja con esfuerzo, los muslos tiemblan, las uñas se clavan en mi espalda
mientras lucha por resistir.
“Déjalo ir, bebé”.
Beso su oreja. “Has aguantado mucho tiempo”.
Aprieto mi mano moviéndola de arriba abajo, el me monta
vigorosamente, mi espalda escose por los rasguños; su cabello roza mi hombro
cuando besa mi cuello, mordisquea mi mandíbula y murmura cosas sin sentido en
mi oído.
“Shannonnn…” gimotea cuando lo suelto, el tira de mi mano
colocándola de nuevo en él. “Me caeré”.
Obviamente no me conoce, nunca lo dejaré caer. Nunca. Lo amo
demasiado.
“Nunca Jay, confía en mí.”
“Confío en ti”.
Lo acomodo contra el azulejo liso, el movimiento hace que me
adentre más en él. Aún está ardiendo, ha empezado a derretirse.
En el buen sentido.
Sus ojos finalmente se cierran y ladea su cabeza, liberando
todo lo que estaba reteniendo en un gemido profundo y ronco.
Las paredes vibran.
El agua se vuelve helada.
Las luces parpadean.
Está absorbiendo toda la energía de la habitación y
canalizándola en su orgasmo. Derramando su cálido simiente entre nosotros y
sobre mi mano.
Eso es. Sé que Matt y Tomo oyeron eso.
El calor se acumula en la boca de mi estómago, extendiéndose
hacia abajo. No me detengo, sino que empujo más fuerte y lo hago callar con un
beso intenso.
“Mierda…” me retiro y cierro los ojos, no ha dejado de
pulsar, pero está débil, sus muslos están perdiendo su agarre.
Lo que dice a continuación hace que se me congele la sangre.
“Mmattt…”
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