jueves, 27 de marzo de 2014

8.- Impulso

Autor: Celestina
(Aims, Aimee, Celly)
Traducción: Mafe Jeevas
Revisión: Mapasito

Notas originales del autor:
Pareja: Jared/ Shannon (no es realmente Letocest, ya verán)
Clasificación: R
Disclaimer: Estos individuos no me pertenecen, ni quisiera que fuera así. Pertenecen a sí mismos, como una familia. Esto es para mi propio entretenimiento.

Notas del traductor:
Esta obra le pertenece a la escritora ya citada, a la cual, ya que no he pedido su autorización para traducirla, le doy los respectivos créditos y pido disculpas. El porqué de no tomarme el tiempo de pedírselo se debe a que esta historia fue publicada en un tiempo comprendido entre el 2006-2007, y el foro ya no está activo.

Este escrito es enteramente ficción y no tiene otro propósito más que el de entretener a las personas que disfrutan de ello. Los personajes implicados en la historia son sumamente respetados, y el objetivo de esto nunca ha sido ni será el ofenderlos de ninguna manera.


--o--

“Te tengo…”  Estiró su mano entre nosotros y pasó sus dedos sobre la punta, frotando la cabeza, pero sin hacer contacto completamente, me arqueé contra él en busca de más y su otra mano me detuvo. Juntó sus ojos con los míos y se llevó los dedos a los labios, su lengua asomándose para probarlos.  “Mmm… yummy…” Parpadeó y se inclinó para besarme suavemente. “¿Ves?”
Lo probé, sabía inclusive mejor que en el baño.
“Hey, guárdame un poco…” Matt atrajo a Jared para probar, me miró y asintió. “Dulce, pruébalo Tomo…”
Volteé hacia Tomo y me encontré con sus labios, me dejó sin aliento y concordó con él.
“Delicioso.” Susurró.
La mano de Jared en mi erección me trajo de vuelta, haló de ella creando un ritmo… adentro, afuera, arriba, abajo. Me retorcí debajo de él. Matt y Tomo nos observaban intensamente, lanzándose miradas, planeando algo.
Lo sé.
Sin decir una palabra, Matt se arrodilló detrás de mi hermano, susurrando en su oído, lo vi asentir, aceptando lo que fuese que Matt estaba imaginando. Cerró sus ojos mientras Matt deslizó sus manos sobre sus hombros, siguió hacia abajo por sus brazos, y subió de nuevo por su pecho, repitiendo el movimiento. Jared me atrajo hacia sí y sentí algo de movimiento cuando Tomo se colocó detrás de mí, sus manos alrededor de mi cintura. Me encontré recargado contra él, después las condujo por todo mi cuerpo, cubriéndome con su tacto.
Jared dejó escapar un gruñido, después Matt le siguió. Supe que sucedía, Matt se adentró aún más en mi bebé, quien se recostó en mi pecho y Matt recorrió su espalda con las uñas. El movimiento que hizo Matt cuando embistió a Jared, lo empujó dentro mío, frotándome contra Tomo.
Tomo llevó sus manos junto a las de Jared para enlazarse alrededor de mi miembro, el calor era insoportable.
“Vamos, Shan.”Tomo besó mi cuello.
Juntos, me exprimieron  y jalaron.
El fin.
“¡Joder!” Gemí en voz alta, cerrando con fuera los ojos mientras me vine sobre sus manos, manchando el estómago de Jared y el mío.
Sabía que estaban sonriendo… les di la razón cuando dijeron que era ruidoso.
“Eso es bebé…” Jared me atrajo en un beso, Matt lo embistió con fuerza y pronto lo sentí temblar en mi interior, su calidez y humedad llenaron mi cavidad. Dijo mi nombre durante el orgasmo.
Matt por otro lado arremetió implacablemente contra mi hermano, sujetando sus caderas antes de bajar el ritmo, Jared se separó y gimió en mi oído… Matt trataba de hablar pero no podía, no lo culpo, Jared era jodidamente bueno.
No podía olvidar a Tomo, era el único que no había sido satisfecho. Estaba duro y resbaloso contra mi espalda, me volteé hacia él, sin dejar a Jared.
“Shan…” Tomo susurró.
Atraje a Jared a mi nivel y le dije que era lo que quería hacer por Tomo.
“No te lastimes…” Besó mi mejilla antes de retirarse suavemente. “Te amo.”
“También te amo.”
Jared tembló cuando Matt salió de él y se recostaron junto a Tomo y a mí, dos pares de orbes azules mirándonos soñolientos.
Me giré y encaré a Tomo, mis ojos brillando traviesamente. Se encontraron con otro oscuro y ansioso par. Lo besé con fuerza mientras dirigía mis uñas hacia abajo, a su miembro, y lo tomé. Tiró la cabeza hacia atrás, en la almohada, arqueándose hacia mí, gimiendo, pidiendo más.
Satisfácelo.
Lentamente lamí, besé y mordí mientras me dirigía a mi recompensa, capturándola en mi boca. Las manos de Tomo hallaron su camino a mi cabello, enroscándose en el, sus uñas arañando mi cuero cabelludo cuando se sujetó con fuerza. Tuve que colocar una mano en su cadera para que no pudiera embestir mi boca, trató de alejarlas. Raspé con mis dientes a lo largo de la parte inferior antes de retirarme y montarme a horcajadas sobre sus muslos, nuestras erecciones acoplándose a la perfección cuando me froté provocativamente y lo dejé jadeando en un instante.
“Por favor, Shan…” Sujetó mis caderas, forzándome a moverme de las formas que prefería.
Seguí el juego al inicio, gimiendo con la fricción que se estaba creando, pero pronto me uní por mi propia cuenta, equilibrándome con mis manos sobre sus hombros,  rápidamente marqué el ritmo.
“Shannon…” Me atrajo hacia abajo para un beso, me incliné, sujetando su miembro una vez más mientras froté mi lengua con la suya, pelando por el control, me deslicé contra él y lo apreté con brusquedad.
Se separó lentamente, fijando su mirada en la mía cuando se vino entre nosotros, la punta de su lengua asomándose entre los labios húmedos, podría asegurar que estaba mordiendo el resto, tratando de no ser tan ruidoso como yo lo fui.
Una vez saciado, cerró los ojos. Sonreí y me separé, dirigiéndome al baño, justo en el charco de ropas.
Si, dije charco.
Busqué a tientas la luz, y en su lugar salté cuando una mano cálida en mi muñeca me detuvo, sujetándome con fuerza, guiándome hacia la pared.
“Estoy empezando a recordar, ¿sabes?”
Su rodilla estaba empujando mis piernas para una mejor postura, su nariz contra la mía, respirando sobre mi rostro, podía sentir su corazón latiendo contra su pecho.
Mis labios rozaron los suyos. “¿Qué?”
Se separó. “Nosotros. Aquí. Hace un momento. Si estuvieras usando una camisa…” rasguñó mi pecho. “Te la quitaría…”
“Jay.” Lo atraje hacia mí, nuestros miembros frotándose. Rompió el contacto por un momento antes de presionarse contra mí.
No muy fuerte. No me importaba, sólo quería estar cerca.
Manos sobre mi estómago. “Estás pegajoso”.
“Ese era el punto de que me viniera allí, sabes…”
Se apartó y encendió las luces, ambos parpadeamos por la luminosidad. Pude ver el resultado de hace un rato, marcas en su cuello, labios hinchados, su pecho rojo por lo que Matt le hizo.
¿Yo lo hice?
Leyó mi mente, se dio la vuelta con lentitud mostrándome su espalda. Hizo que mi aliento se cortara.
Mierda.
Morado. Su jodida espalda estaba llena de moretones. Por mí…
Quizá fui demasiado duro…
“No duele Shan, ya no más. Sólo arde un poco, pero lo soportaré después de que nos limpiemos…”
Asentí lentamente mientras el volteó para mirarme a la cara.
“Vamos, no quiero un baño esta vez, tardará demasiado. Quiero abrazarte esta noche.”
“La cama está sucia…”
Me encogí de hombros. “Matt y Tomo pueden limpiarla, ellos formaron parte de esto, ¿recuerdas?”
Ríe suavemente. “Sí… olvídalo, dormiremos en tu habitación…” Tomó mi mano, dirigiéndome a la ducha, abriendo el grifo antes de empujarme contra la pared y besarme con ligereza, lo justo para hacer que me quejara cuando nos separamos. “Me comportaré”.
No quiero que te comportes.
Rápidamente meneé la cabeza, indicando lo que pensaba.
“Shan, no necesito elevar la temp…” Me besó de nuevo, más largo, tomando el tiempo para pasear sus manos por mi cuerpo, explorando todos mis puntos débiles, el que está detrás de mi oreja, con el cual gemí y ladeé la cabeza, dándole acceso a mi cuello. Sus labios eran increíblemente suaves y tiernos sobre mi piel, apenas rozándola camino a mi mandíbula antes de que encontrara mi boca, pasando su lengua sobre sus labios. Abrí los míos, todo el sabor de antes se había ido… simplemente probé a Jared por sí solo.
“Bebé, por favor”. Supliqué. Sacudió la cabeza bruscamente, antes de separarse.
“Lo dije en serio.”
Mi corazón se desmoronó. De hecho, cayó en la boca de mi estómago antes de resquebrajarse en un millón de partes.
No quedó nada. No era capaz de levantar las piezas sin cortarme.
Mierda. ¿Por qué me afecta de esta forma? Siempre tiene que estar enfermo, desde que éramos pequeños, esa primera vez cuando mamá nos estaba en casa… juré que sería la última.
Pero no lo fue. Sucedió numerosas veces después de eso. Cada una de ellas terminó con ambos dormidos, juntos. Estaba bien cuando éramos más jóvenes y mamá entraba, encontrando a Jared en mis brazos, culpábamos de ello a una pesadilla. Como no nos habíamos acostado, sólo explorado… mentir fue fácil. Cuando nos hicimos mayores… me aseguré de que él o yo estuviéramos fuera de la cama del otro antes del amanecer. No teníamos que preocuparnos de nada cuando compartíamos apartamento, pero ahora, compartimos una casa con otras dos personas… que espero, puedan eventualmente aceptar esto… aceptar lo nuestro.
Tragué grueso y concentré mi atención en limpiar mi estómago, tratando de ignorar el dolor que el provocó.
Me he metido de lleno en esto. Demasiado como para dar marcha atrás.
Sus manos cubrieron las mías, guiándolas a su cuerpo pegajoso, retirando el ahora suave desastre, antes de llevarlas a sus labios y besar las palmas.
“Te amo, Shan.”
Ya no tenía corazón. “¿En serio? Dime honestamente, Jay, tu tomaste la iniciativa, me hiciste desearte…”
“¿Yo lo inicié? ¿A qué estás jugando Shan? ¡Yo no comencé nada!” Sus ojos centellearon. “Te aprovechaste de mi… sabías que no tenía idea de lo que estaba haciendo. ¡Lo sabías y aún así me jodiste!”
“Lo disfrutaste.”
No lo vi venir. El puñetazo. Me tambaleé hacia atrás, golpeando la pared y me lancé a la carga sin pensarlo dos veces, empujándolo debajo de la regadera, y contra los grifos. Mi puño hizo contacto con su boca, regando la sangre por la pared, volviéndose rosa antes de irse por la coladera.
No tocó su boca, en cambio se volteó hacia mí, con una sonrisa sangrienta, y escupió en mi cara.
“Perra. ¡No lo habría disfrutado si hubiese sabido qué demonios estaba pasando!”
No pude más. Me destrozó. Casi me mató cuando dijo eso. Quizá por ello tiré de él, arrancándolo de su posición y volteándolo, y lo estrellé contra el azulejo.
“Sabes lo que sucede ahora… ¿cierto?”
Sus ojos se entrecerraron y escupió en mi rostro una vez más.
“¡¿CIERTO?!” Solté en un bramido, sacudiéndolo como una muñeca de trapo.
Las cuencas azules se dilataron. Yo estaba más que enojado.
“¿Sabes lo que haré?” Lo acerqué a mi boca para susurrar las siguientes palabras.
“Te cogeré durísimo… justo como querías, apuesto a que esta vez lo recordarás.”
No le di tiempo de responder antes de colocarlo de cara a la pared. Me introduje en él sin preparación alguna.
Gritó, trató de separarse, pero apreté sus caderas, haciendo las estocadas más profundas, más rápidas, brutales.
“¡Shan! Para, por favor. Shan, por favor.” Lloriqueó, todo su cuerpo temblaba mientras luchaba por zafarse.
“No irás a ningún lado, ¿entendido? Tu pequeño y apretado trasero se quedará aquí mientras te jodo.”
“¡NO! Déjame, duele.”
“Ya lo sé. El verdadero amor duele. Tendrás que lidiar con eso.” Gruñí en su cuello mientras clavé mis uñas en sus costados, sin duda coloreando su piel con cardenales.
Evité su próstata a propósito, tendría que pagar por mi corazón roto, por la mierda que me hizo pasar todos estos años…
“No puedo, quema… me estás desgarrando, ya no…”
Mordí su cuello. “Cállate.”
Soltó un quejido y trató de arrancar mi agarre. Una de mis manos dejó su cadera y se enredó en su cabello, jalé de él antes de golpear su cara contra la pared. Su cuerpo se volvió lánguido, lo revisé para asegurarme de que no estaba muerto, jalando su cabello una vez más, vi el rojo que cubría su cara y embarraba las baldosas.
“Un movimiento en falso…” siseé. “Y te mato.”
“Shan… para, me estás lastimando. Por favor bebé, sólo detente.”
“Jódete Jared.” Le dije con desprecio y arremetí contra él una y otra vez, cada estocada más profunda que la anterior.
El calor familiar en la boca del estómago, mis ojos se cerraron. La calidez se desplazó hacia abajo, se curvó y ascendió velozmente.
“Mierda.” Hice rodar mis caderas lentamente mientras me estremecía contra su cuerpo.
Estaba inmóvil debajo de mí.
Me retiré con brusquedad, saliendo para tratar de secarme. Nunca volví la vista hacia él en mi camino hacia la puerta.
“¿Me amas Shan?”
Me detuve, lanzándole una mirada por encima del hombro, vi la sangre apelmazada en su cara cuando se incorporó.
Roto.
“Te amo. Pero no te he necesitado en años, Jay. ¿Ves a donde nos lleva todo esto?”
Asintió despacio, con gesto comprensivo.
“Pero no puedo hacerlo de nuevo. Simplemente. No. Puedo.”
Una lágrima silenciosa resbaló por su mejilla cuando le di la espalda.
“Límpiate, te ves ridículo, llorando y esa mierda.” Salí del baño, Matt y Tomo estaban tan fuera de sí, que no despertaron ni siquiera cuando azoté la puerta, dejando atrás a ambos y a mi hermano para dirigirme a mi habitación. Me deslicé contra la puerta tan pronto como se cerró. Mientras sostenía mi cabeza entre las manos, la escena del baño pasó por mi mente.
“¡NO! Déjame, duele.”
“…El verdadero amor duele. Tendrás que lidiar con eso.”
“…me estás desgarrando, ya no…”
 “Jódete Jared.”
Caminé con rigidez a la cama, casi automáticamente, recostándome y tratando de dormir y olvidarlo todo.
“¿Me amas Shan?”
“…No te he necesitado en años…”
La cama se hundió y sentí un cuerpo cálido y húmedo contra el mío.
“Jay…”
“Shh… sí, aún me duele… No parece que te importe, pero estoy muy cansado y no dormiré con Matt y Tomo. Estoy traicionándome a mí mismo con estar aquí.”


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